Una vez hubo tres niñas que se llamaban Emma, Sofía y María. Vivían en una pequeña ciudad llamada Littletown, un lugar conocido por su magia y sus maravillosos paisajes.
Las tres niñas eran muy diferentes entre sí. Emma era una niña alegre y entusiasta con un profundo amor por la naturaleza. Le encantaba recoger flores silvestres y hacer senderismo con sus amigos. Sofía era una niña curiosa y creativa con un gran talento para la música. Le gustaba componer canciones y tocar el piano. María era una niña inteligente y con un gran corazón. Le encantaba leer libros y pasar tiempo con su familia.
Una tarde, mientras paseaban por el parque, las tres niñas encontraron un extraño libro con una portada de cuero marrón. En la portada estaba escrito: La magia de las niñas. Intrigadas, las niñas decidieron abrir el libro. Al hacerlo, una nube de polvo mágico se elevó desde el libro y se expandió por el aire.
Las niñas eran conscientes de que el libro era mágico, pero no sabían qué clase de magia contenía. Así que decidieron emprender una aventura para descubrirlo.
Emma, Sofía y María comenzaron su viaje a través del bosque, cruzando ríos y saltando troncos. Durante el camino, las niñas se encontraron con diversos personajes mágicos, como hadas, elfos y duendes. Estos les contaron historias maravillosas sobre la magia de Littletown.
Al final de su viaje, llegaron a una gran cueva. En el interior de la cueva, las tres niñas encontraron una antigua estantería llena de libros mágicos. En el centro de la estantería había una caja de madera con una inscripción que decía: La magia de las niñas.
Las niñas abrieron la caja y encontraron un conjunto de piedras mágicas. Estas piedras tenían el poder de conceder deseos a quienes las poseían.
Las niñas, entonces, se dieron cuenta de que el libro que habían encontrado era un libro de magia. Con estas piedras mágicas, las niñas podían hacer realidad cualquier cosa que desearan.
Así que, con un gran gesto de amistad, decidieron compartir el poder de las piedras entre ellas. Emma deseó que la naturaleza fuera siempre tan bella como en aquel día. Sofía deseó que todos sus amigos tuvieran el talento para la música. Y María deseó que todos los niños del mundo tuvieran la oportunidad de aprender a leer y escribir.
Al instante, sus deseos se hicieron realidad. Las tres niñas habían descubierto la magia de la amistad y como su amistad, podían compartir los deseos de todos.
Desde entonces, las tres niñas se convirtieron en grandes amigas y aprendieron la importancia de compartir, ayudar y amar. Siempre recordarán la magia de la amistad que descubrieron aquel día en Littletown.