Había una vez un niño que se llamaba Pablo. Él vivía en una pequeña ciudad junto a su familia. Todos los días Pablo se levantaba muy temprano para ir a la escuela y disfrutar de los días que tenía con sus amigos.
Pero un día, su madre le dijo que había una estrella muy especial que brillaba para él cada noche. Pablo quedó fascinado con esta idea y decidió ir a ver la estrella.
Así que cuando llegó la noche, Pablo salió de su casa para ver la estrella. Cuando llegó al lugar, vio una brillante luz en el cielo, la cual conocía como la estrella.
Pablo quedó impresionado con el brillo de la estrella y le preguntó a su madre por qué brillaba tanto. Su madre le explicó que la estrella brillaba para darle felicidad a los niños.
Pablo quedó fascinado con esta idea y decidió que cada noche, iría a ver la estrella. Así que cada noche, se encontraba con sus amigos para subirse a la colina y mirar la estrella.
Todos los niños disfrutaban mucho al verla brillar y al ver que la estrella los estaba mirando.
Un día, Pablo decidió llevar a sus amigos a su casa para contarles un cuentacuentos sobre la estrella. Les contó la historia de un rey que una vez vio una estrella brillar y decidió que todos los niños se sentirían felices al verla.
Los amigos de Pablo quedaron fascinados con la historia y le preguntaron si la estrella seguía brillando para que los niños se sintieran felices. Pablo les dijo que sí, que la estrella brillaba cada noche para recordarles que los niños eran el futuro y que debían tratar de ser felices.
Desde entonces, los niños se encontraban cada noche en la colina para mirar la estrella y pasar un rato divertido.
Pablo y sus amigos se acostumbraron tanto a ver la estrella brillar que decidieron hacer una fiesta para celebrar el poder de la estrella.
La fiesta duró toda la noche y la estrella brillaba más que nunca. Los niños estaban felices de ver la estrella cada noche y disfrutaron mucho de la fiesta.
Desde entonces, Pablo y sus amigos se encuentran todas las noches para ver la estrella y recordar que la felicidad y la alegría son las mejores cosas que hay en la vida.
Y así, todas las noches, la estrella sigue brillando para que los niños se sientan felices y recuerden que la felicidad está dentro de ellos. La estrella brilla como un recordatorio de que nada es imposible si trabajamos juntos para alcanzar nuestros sueños.
¡Las estrellas brillan para ver a los niños felices!