Había una vez una princesa llamada Estrella, que vivía en un reino muy lejano. Su vida era tranquila y feliz, rodeada de la familia, amigos y una hermosa naturaleza. Aunque su vida era perfecta, tenía una profunda sensación de soledad. No había nadie con quien compartir sus aventuras, sus sueños y sus deseos.
Un día, el rey, su padre, le dijo a la princesa que era hora de que se casara, y que había encontrado el candidato perfecto para ella. Estrella se resistió al principio, pues sabía que no era lo que ella estaba buscando. Pero el rey le dijo que le daría una semana para que decidiera si aceptaba a su prometido o no.
La princesa Estrella estaba desesperada. ¿Cómo iba a encontrar al amor verdadero en tan poco tiempo? Entonces, se le ocurrió una idea. Se dirigió a un viejo cuentacuentos que vivía en lo alto de una montaña. El anciano cuentacuentos conocía todos los cuentos infantiles y cuentos para dormir.
Estrella le pidió al cuentacuentos que le contara un cuento que la ayudara a encontrar el amor verdadero. El anciano comenzó a contar una antigua historia de un guerrero y una princesa que vivían en un reino lejano. El guerrero hacía todo lo posible para salvar al reino de una terrible amenaza.
La princesa estaba tan enamorada del guerrero, que decidió seguirlo a cualquier parte. El guerrero era valiente y fuerte, pero también conocía el verdadero significado del amor. La princesa se dio cuenta de que el guerrero era el hombre que estaba buscando, y se enamoró perdidamente de él.
Cuando el cuentacuentos terminó su historia, Estrella, la princesa, comprendió que el amor verdadero no está en la belleza exterior, sino en el corazón de una persona. Entonces, decidió que no aceptaría al prometido que le había elegido su padre.
Después de una semana de búsqueda, Estrella encontró al hombre de sus sueños, un caballero valiente y amoroso que la amaba profundamente. Se casaron en una ceremonia muy bonita y vivieron felices para siempre.
Esta historia de amor ilustra a los niños y niñas que el amor verdadero no es algo que se encuentra fácilmente, sino que hay que buscarlo con paciencia y verdadera dedicación. La princesa Estrella demostró que el amor verdadero es el más preciado de todos los tesoros.