Había una vez un ratón muy curioso que tenía un gran deseo de conocer el mundo. Se llamaba el Ratón Periodista. El Ratón sabía que la mejor forma de conocer el mundo era viajar, así que decidió salir de su casa para verlo todo.
El Ratón Periodista no tenía mucho dinero, así que tuvo que encontrar una manera de viajar sin gastar demasiado. Después de pensarlo mucho, decidió tomar un barco de vela para llegar a su destino.
El Ratón Periodista emprendió su viaje con entusiasmo y esperanza. Durante el viaje, el Ratón descubrió muchas cosas interesantes. En una ocasión, el Ratón vio una ballena que salía del mar. El Ratón quedó maravillado al ver el tamaño de la ballena.
En otra ocasión, el Ratón vio una isla con una playa de arena blanca. El Ratón quedó impresionado por la belleza de la isla. También descubrió que había una selva en la isla. El Ratón decidió explorarla.
Mientras el Ratón exploraba la selva, se encontró con una serpiente. El Ratón estaba asustado, pero la serpiente le dijo que no tenía que temer. La serpiente le dijo que a ella le encantaban los cuentos.
El Ratón estaba muy contento de que la serpiente le gustara los cuentos. Así que el Ratón le contó un cuento de una princesa que se enamoraba de un guerrero valiente. La serpiente quedó encantada con el cuento.
Después de varios días, el Ratón llegó a otra isla. Esta isla era muy diferente. Estaba llena de árboles frutales y había una casa de cuentacuentos en la que vivía una anciana.
El Ratón Periodista quedó encantado al ver a la anciana. Él le contó todas sus aventuras y ella le contó cuentos maravillosos de princesas, dragones y magia. El Ratón quedó fascinado con los cuentos de la anciana.
Después de escuchar los cuentos de la anciana, el Ratón decidió seguir su viaje. El Ratón decidió que el próximo destino sería una isla con un castillo. Cuando el Ratón llegó a la isla, descubrió que el castillo estaba habitado por una familia de duendes.
El Ratón quedó fascinado con los duendes. Estos eran muy divertidos y les gustaba contar cuentos. El Ratón escuchó muchos cuentos de hadas, dragones y magia. El Ratón se sintió muy feliz de haber conocido a los duendes.
Al final de su increíble viaje, el Ratón Periodista regresó a su casa. El Ratón estaba muy feliz de haber conocido tanta gente interesante, de haber escuchado tantos cuentos maravillosos y de haber descubierto muchas cosas. El Ratón estaba seguro de que esta aventura le había enseñado mucho y que siempre recordaría los cuentos que había escuchado.
El Ratón Periodista se fue de su casa con una sonrisa en los labios, convencido de que había vivido una gran aventura. Esta aventura había sido muy interesante para los niños, y el Ratón estaba seguro de que contaría esta historia muchas veces a sus amigos.